lunes, 28 de septiembre de 2015

Icono de San José.- Temple sobre tabla.
Parroquia Ntra.Sra. de Madrid, Madrid.




lunes, 8 de junio de 2015

León I el Magno o el Grande (Toscana, 390 – Roma, 10 de noviembre de 461) fue el papa nº 45 de la Iglesia católica, desde 440 hasta 461.
           Tres fueron los papas que tuvieron el título de Mago: León, Gregorio y Basilio.
            León era hijo de Quintianus y los datos históricos más antiguos lo sitúan como diácono en Roma bajo el pontificado de Celestino I convirtiéndose en un destacado diplomático con el papa Sixto III quien, a petición del emperador Valentiniano III, lo envía a la Galia con la misión de resolver el enfrentamiento entre Aëcio, el comandante militar de la provincia, y el magistrado Albino.
            En esta misión se encontraba León cuando tras fallecer el papa Sixto III, el 19 de julio de 440, conoce su elección como nuevo pontífice. Se dirige entonces a Roma donde es consagrado el 29 de septiembre.
            Combatió exitosamente, mediante la celebración de varios concilios, el maniqueísmo que desde África se había extendido por Italia, el pelagianismo que había rebrotado en Aquilea, y el priscilianismo que se mantenía en España.
Durante su pontificado se celebró, en 451, el Concilio de Calcedonia que proclamó la divinidad y la humanidad de Cristo, «consustancial al Padre por su divinidad, consustancial a nosotros por su humanidad». Ante las afirmaciones de las herejías que sostenían la separación entre el Padre y el Hijo, considerado como inferior al Padre, León restableció la tradición ortodoxa en su célebre carta dogmática a Flaviano, Tomus Leonis, y que fue aprobada por el concilio con las palabras: «Pedro ha hablado a través de León».
El episodio más conocido de su pontificado fue su encuentro, en 452 en la ciudad de Mantua, con Atila, el rey de los hunos, quien había invadido el norte de Italia obligando al emperador Valentiniano III a abandonar la corte de Rávena y refugiarse en Roma. León convence a Atila para que no marche sobre Roma logrando la retirada de su ejército tras la firma de un tratado de paz con el Imperio Romano a cambio del pago de un tributo.
Otra teoría barajada es que Atila se retiró de Italia debido a la hambruna y epidemias que sufría su ejército. Este hecho tuvo una gran importancia simbólica ya que, aunque el Imperio romano seguiría existiendo hasta 476, situaba como principal fuerza política de Europa a la Iglesia y no el Imperio.
            Unos años más tarde, en 455, en una situación similar, los vándalos de Genserico saquearon Roma, pero el papa consiguió que se respetara la vida de sus habitantes y que no fuera incendiada.
             Como papa, asumió el título de pontifex maximus, que habían abandonado los emperadores romanos desde el 382.
            Durante su pontificado se celebró, en el año 451, el Concilio de Calcedonia que proclamó la divinidad y la humanidad de Cristo, «consustancial al Padre por su divinidad, consustancial a nosotros por su humanidad». Ante las afirmaciones de las herejías que sostenían la separación entre el Padre y el Hijo, considerado como inferior al Padre, León restableció la tradición ortodoxa en su célebre carta dogmática a Flaviano, Tomus Leonis, y que fue aprobada por el concilio con las palabras: «Pedro ha hablado a través de León».
            Fue canonizado en 1574, y su festividad se celebra el 10 de noviembre, día de su muerte en 461.


Icono San León Magno. 
Temple sobre tabla dorada con oro 24k.
Colección particular. Madrid

Pantaleón, nació en Nicomedia, actual Turquía a finales del siglo III. Era hijo de Eustorgio y Eucuba y fue médico como su padre. Su nombre, en griego, significa: “El que se compadece de todos”.
Estudió filosofía y retórica y después se dedicó a la medicina. Fue médico del emperador Galerio Maximiano. Apostató de la fe cristiana, que volvió a recuperar gracias a su amigo Hermolano y fue perseguido por Diocleciano en 303. Tras ser torturado de varias maneras, murió decapitado. Según la tradición cristiana, el fallecimiento tuvo lugar bajo una higuera seca, que floreció al recibir la sangre del mártir luego de ser decapitado.
La iconografía representa al santo con una pequeña cruz y un escalpelo, o bien, al pie de un olivo o higuera seca.

Es invocado por los que padecen dolores de cabeza y por los tuberculosos.


Icono San Pantaleón. Colección particular. Cuenca
Temple sobre tabla dorada con oro de 24kilates.

Icono Bautismo de Jesús


       En el Oriente cristiano, la fiesta del Bautismo es mucho más importante que la Natividad, dado que se trata de la gran Teofanía, la plena manifestación de la divinidad de Cristo.
       La iconografía del Bautismo es sencilla y antigua. Se plasma el momento en que Cristo se humilla, la Kénosis, bajando a las aguas del rio Jordán, que anticipa el descenso a los infiernos, de ahí, que Jesús pise las llaves del infierno. 
       A través de la muerte, Cristo salva a la humanidad, y en la desnudez de su cuerpo, revela al nuevo Adán. El paisaje rocoso, se abre a un abismo. El Precursor se inclina levemente ante Jesús que domina las aguas y las santifica. Las aguas del Jordán, se agitan al contacto con el cuerpo de Jesús, 
A sus pies, un arbol y un hacha, imagen de Cristo, que hace alusión a la profecía del profeta Isaías:
"...Ya está el hacha contra la raíz de los árboles..."
        Los tres ángeles, imagen de la Trinidad, con las manos cubiertas en señal de respeto, esperan el momento de recibir el cuerpo desnudo de Cristo, paralelismo de la Eucaristía.

"Las aguas del Jordán te vieron y se retiraron amedrentadas. 
El precursor dijo: ¿Cómo puede un servidor imponer la mano a su Señor?" 
(Himno Gran Hora)

Icono realizado para la Parroquia de Ntra.Sra. de Madrid (Madrid). 
Capilla Bautismal