miércoles, 20 de noviembre de 2013

Icono de la Trinidad.

         El icono de la Trinidad de Andrei Rublev, obra maestra del arte pictórico, es también un compendio de Teología Trinitaria que se ofrece a la mirada de la fe. Data del año 1411 aproximadamente y se encuentra actualmente en la Galería Tetriakov de Moscú. 
       El icono representa, en una primera visión, la visita de los tres ángeles a Abraham junto al encinar de Mambré (Génesis 18, 1-15). A través de esa escena del Antiguo Testamento se abre todo un campo de simbología teológica que nos conduce hasta Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
      El personaje central destaca por su posición, y por el intenso rojo de su túnica que contrasta fuertemente con el azul del manto. Viene de un largo camino, por eso el cuello de su túnica está ligeramente descolocado, una estola dorada cae sobre su hombro derecho. Está mirando hacia su derecha, al segundo ángel, vestido con una túnica azul casi totalmente cubierta por un manto semitransparente. Está como recibiendo al recién llegado, su postura es de reposo. A la derecha tenemos al tercer ángel, cortado por el bastón que sostiene con la mano izquierda. La mano derecha casi parece apoyarse en la mesa como para levantarse. La túnica es azul, como en el caso del personaje de la izquierda, pero el manto es de un verde igual al del suelo sobre el que se apoyan los bancos en que están sentados los tres.
        El azul de las túnicas representa la divinidad de los tres personajes, iguales y distintos a la vez. Es el Dios oculto que parece trasparentarse en el manto del Padre, el Dios que muestra el misterio de su amor hasta la muerte en el rojo del Hijo y el Dios que da vida a toda la creación en el verde que el Espíritu Santo comparte con el suelo.
     En la parte superior vemos una casa, un árbol y una montaña. Son signos de las grandes realidades religiosas del Antiguo y del Nuevo Testamento. La casa es el lugar de la presencia de Dios en medio de su pueblo, el Templo, el árbol simboliza el bien y el mal, la montaña, el lugar donde Dios se manifiesta, el monte Sinaí, el Monte Moriah.
      Si miramos un poco más allá, un circulo exterior enmarca a los tres personajes, y un círculo interior reitera y profundiza el movimiento circular de la escena. Los tres personajes, están unidos entre sí a través de sus miradas.
       Observamos dos centros. Por una parte la copa, que representa la Eucaristía. Por otra, el seno del personaje central: el Hijo.







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